viernes, 16 de diciembre de 2011

Estos días estuve deseando haber tenido un hermano. Resulta que mi vieja se fue de viaje, lógicamente estoy más tranquila que nunca. Pero cuando ella está, no estoy nunca en casa, y cuando estoy, viene y me molesta un rato o hablamos de algo. En cambio, desde que se fue, increíblemente estuve acá en casa. Primero fue una paz increíble, pero llegó un momento que no sabía que carajo hacer. Hoy a la noche nos juntamos, no pude parar de hablar. Mismo en el remis con los chicos, fue el viaje más largo del mundo, hasta que me hicieron notar que estaba hablando sola, porque nadie me contestaba. Ahora estoy acá en casa, ya hablando con Papo que, aunque sea una chota, es mi compañía diaria

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